22 de agosto de 2010

Nada propio


Observando mi contexto me doy cuenta de que nada es mio, nada lleva una etiqueta que lo muestre así y ni una sola cosa está inscrita en un registro con mi nombre como propietario.
Simplemente nada tengo en esta vida y no me aterra pero perturba, me produce infelicidad no es que ame las cosas materiales, simplemente es triste cuando lo poco y nada que tienes te lo restregan en la cara.
Por un minuto vi volar mi ropa, mis cuadernos, mi mochila y unos cuantos pañuelos que, por unos cuantos segundos sentí que mi dignidad estaba siendo un trapero para pisos.
Debo reconocerlo me sentí humillada más de una vez me he sentido así, pero creo que últimamente han sido consecutivas, delirantemente consecutivas.
No es fácil tocar las cosas ajenas, no es simple rodearse de ellas ni mucho menos depender.
Prohibirse, postergarse, amarrarse las manos y las ganas no es sencillo.

Siquiera vivo en la ciudad de Nadie, es de alguien y siempre me lo hace saber.

Canción del día: Y o vengo a ofrecer mi corazón - Fito Paez.